Tras la necesidad de generar competencias, debemos considerar a éstas como capacidades que permiten actuar en un determinado tipo de situaciones, apoyado de saberes para la solución de problemas, estos saberes se traducen en conocimientos, actitudes y valores que forman parte del currículum educativo. Así cuando un sujeto hace uso de sus competencias, en un primer momento tiene que recurrir a conocimientos previos para comprender la situación para poder resolverla y como resultado se obtienen nuevos conocimientos. Permitiendo que el aprendizaje se convierta en aprehendizaje, es decir la acción que permite la construcción de conocimientos o la apropiación de la realidad tras la reorganización de esquemas cognitivos previos.
De manera que una educación con enfoque en competencias no debe tratar al aprendizaje como algo tan trivial, sino que requiere de un aprendizaje de conocimientos significativos. La noción de aprendizaje ya no consiste en acumular conocimientos en alguna parte de la estructura cognitiva y traer datos a la realidad para modificarla, sino que ahora corresponde a una apropiación de la realidad, en la que el sujeto asimila dichos conocimientos transformándose así mismo, por consiguiente un aprendizaje significativo es aquel en el que se asimilan significados nuevos a los viejos reconstruyéndose así significados nuevos, o que en la estructura del sí mismo se ha desarrollado en base a haberse reorganizado en sus propios esquemas y acción, o que simplemente lo aprendido satisface una necesidad.
Debido a que una persona aprende significativamente sólo aquellas cosas que percibe como vinculadas con la supervivencia o desarrollo de su estructura de sí mismo, la situación educativa debe facilitar el aprendizaje en los alumnos tras la búsqueda de generar o relacionar contenidos nuevos y potencialmente significativos a las ideas pertinentes de la estructura cognitiva del estudiante. Además de esto es necesario que lo que se pretende como aprendizaje corresponda al interés del alumno y la posibilidad de que dicho estudiante tenga para acometer con éxito la tarea de construir un determinado conocimiento.
Por todo esto, el aprendizaje con un enfoque en competencia no debe tratarse como algo trivial, sino que nos debe llevar a los objetivos de la educación, generar las capacidades de los estudiantes de poder movilizar saberes en un contexto determinado para modificarlo a beneficio de nuestra sociedad, de modo operativo con atención a la convivencia social y el ser del sujeto.
Su medición no puede basarse en simples preguntas para determinar los datos almacenados en la estructura cognitiva de los estudiantes ya que las necesidades de nuestra realidad no corresponden a esta acción, en esta era de la información se requiere de movilizar saberes enfocados a la solución de problemas, por lo que los contenidos a aprehenderse en el aula de clases no son cualesquiera, los contenidos deben ser seleccionados de tal manera que puedan permitir la construcción del conocimiento, además de poder situar el aprendizaje en el interés del alumno.
De esta manera no solamente se fomentara la capacidad socio-profesional de las prácticas, sino que también y de manera muy importante, se atenderá reflexivamente la dirección socio-evolutiva de la especie, es decir tener sujetos en los que se fomente los valores más humanizados para un mundo civilizado donde el mercado no domine el destino deseable del ser humano.